domingo, 16 de diciembre de 2012

Relato: Invierno Blanco (cont.)

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Sentía como los pasos se acercaban con lentitud a nosotros, como si quisiera hacernos estallar del nerviosismo, clack..., clack..., clack...  Huir no era posible, solo rogar que no hubiese percibido nuestra presencia, que pudiésemos seguir con vida a pesar de haber cometido el error de venir a esta casa... Clack ..., clack... Cada vez el sonido se hacía más fuerte, se estaba acercando clack... clack... El sonido se convertía en un estruendo clack... clack.... Se acercaba a nosotros clack... clack... Mi corazón empezó a latir con el sonido de los pasos clack- do ... clack - do ... Sentía que mi corazón no resistía dentro de mi pecho clack-do... clack-do... Mis piernas empezaban a temblar, apenas podía mantener mi pulso normal, todo yo era un nerviosismo incontrolable clack-do... clack-do... Y de pronto..., clack-do..., ella dejó de caminar.


Sabía que estaba muy cerca, a pesar de haberse detenido su presencia seguía presente, ella está cerca, muy cerca..., pero... ¿Dónde? ¿Debería asomarme a mirar?... ¿Tendría que permanecer quieto? ... ¿Debería mirar?... ¿Qué hacer? ...

- "Aquí era donde te escondías..."

La mujer había hablado, estaba al lado, está cerca. ¿Nos había descubierto? ¿Qué nos iba a pasar?

- Si no sales tendré que ir yo a buscarte...

¿Qué hacer? ¿Me estaba hablando...?

- Tú lo has querido...

En ese instante se oyó un estruendo y un grito:¡¡¡ Ahhhhhhhhhhhhhhh!!! Era un grito de Yoshiro, ella lo había encontrado y él estaba gritando de dolor ¿Lo habría matado? ¿Qué debía hacer?

- Mmmmmm, aún no está maduro..., pero pronto lo estará. Alégrate, creo que voy a dejarte vivir pero antes... Mírame a los ojos.

En ese instante el grito de pavor de Yoshiro fue inmenso, penetrando por mis oídos y anclándose en mi cerebro. Aunque tapase mis oídos el ruido seguía penetrando, no podía detenerlo..., y de pronto, sentí un fuerte golpe y cómo los gritos se detenían. La mujer empezó a reírse y otra vez empezaba a moverse: Clack... Clack... Pero esta vez el ruido se alejaba de la sala. Clack... Clack... Hasta que por fin los pasos se desvanecieron.

Esperé un tiempo y cuando me sentí tranquilo decidí asomar la cabeza... Entonces vi a Yoshiro tendido en el suelo en un charco de sangre. Comprobé que no hubiese nadie a mi al rededor y salí del jarrón. Me acerque a Yoshiro... Tenía unas marcas en su pecho por donde sangraba. Sin duda ella le había intentado quitar el corazón.

Comprobé que aún estuviera con vida, y así era, aunque débil, su corazón aún latía. Teníamos que salir de allí antes de que ella volviese. Intenté que Yoshiro se despertase, pero no lo conseguí. ¿Cómo podíamos escapar? El tiempo corría y sabía que no podía seguir en esa casa por mucho tiempo.


Por Yohiroshi

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